En escasas horas mi cifra de vida aumentará de 21 a 22. No me importan esas tontunas de la arrugas y bla bla bla, lo que me importa es poder vivir más intensamente de un año a otro y quiero conseguirlo hasta llegar al momento de mi vida en que diga :
"Joder, me daría igual morirme ahora".
Y tengo muchísimas ganas de disfrutar aún más.
Que ningún año pase desapercibido. Comienza la etapa Vingt-Deux.
Pero mientras tanto, seguiré comiendo Doritos e intentando memorizar conceptos inmemorizables, porque la gran esperada etapa Vingt-Deux se abre paso mañana con un examen de regalo.
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